La vida monástica ha sido tradicionalmente objeto de misterio y curiosidad. Alejadas del bullicio de la sociedad, muchas religiosas viven en régimen de clausura en España, lo que genera mitos sobre su día a día. Sin embargo, Sor Marta, una monja benedictina que reside en un convento de la provincia de León, ha decidido romper esos estereotipos y mostrar al mundo la intensidad y profundidad de su vocación.

Con su cuenta de TikTok (@sormarta.osb), que ya supera las 640.000 visualizaciones en su último vídeo, y más de 50.000 seguidores en YouTube, Sor Marta se ha convertido en una referencia para quienes buscan entender mejor la vida religiosa. Con una frase que define su testimonio —«Soy monja y soy feliz»—, responde con humor, transparencia y fe a las dudas más comunes: ¿las monjas cobran? ¿se aburren? ¿qué hacen todo el día?

“¿Aburrirse? ¿Cuándo?”

En uno de sus vídeos más populares, responde con ironía a una de las preguntas más frecuentes: “El otro día me preguntaron si las monjas nos aburrimos. ¿Pero cuándo?”, lanza con una sonrisa mientras se suceden imágenes del convento en plena actividad.

Explica que su jornada está estructurada en torno a siete momentos de oración diarios, más la celebración de la eucaristía, lo que ya implica varias horas dedicadas a la espiritualidad. Sin embargo, lejos de ser tiempo pasivo, describe esas horas como una fuente de fuerza y desafío: “No siempre es tan fácil encontrar al Señor, o como dice San Benito, que la mente concuerde con nuestra voz”.

Trabajo, estudio y comunidad

Más allá de la oración, la jornada está repleta de tareas prácticas: estudio espiritual y musical, elaboración de productos artesanales como dulces y cosméticos, labores domésticas, cuidado de mayores, jardinería y cocina. “Vamos, ¡que es un no parar!”, resume con simpatía.

Incluso dedican tiempo al ensayo de cantos y a la convivencia comunitaria, una parte esencial de su rutina diaria. Todo esto queda plasmado en su contenido digital, donde con naturalidad y buen humor invita a desmontar clichés. “Quien se aburra, que venga que yo le doy trabajo”, dice al final del vídeo, que incluye hashtags como #meaburro o #aburrimiento, en un guiño moderno y provocador.

Vocación en clave digital

El éxito de Sor Marta refleja un fenómeno creciente: religiosos y religiosas que utilizan redes sociales para acercar su estilo de vida a la sociedad, responder preguntas y conectar con personas que, de otro modo, nunca se asomarían al mundo monástico.

Con un lenguaje cercano y sincero, Sor Marta logra lo que muchos teólogos y comunicadores intentan: trasmitir la alegría de la fe desde la autenticidad, abriendo las puertas —aunque sea virtuales— de la clausura a quien desee asomarse.